Las
células cerebrales se comunican entre sí mediante mensajeros químicos.
Cuando la persona está expuesta a niveles altos de estrés ésta
comunicación comienza a deteriorarse y la persona comienza a sufrir
síntomas tales como: insomnio, dolores generalizados, depresión,
angustia, entre otros. A ésta condición se le llama sobre-estrés y puede
ser la causa de enfermedades.
Cargar con demasiado estrés es cómo manejar el carro con solo la reserva de gasolina. Tarde o temprano algo dejará de funcionar adecuadamente.
Numerosos estudios han relacionado el sobre-estrés con:
La adopción de hábitos adecuados, como la relajación, el ejercicio y una dieta correcta, son excelentes recursos para luchar contra el estrés crónico.
¿Existen los alimentos anti estrés?
Ningún nutriente puede en sí mismo atribuirse efectos anti estresantes. Más que alimentarse de ciertos alimentos, la mejor estrategia frente al estrés es comer bien y de todo, ya que de ello depende que nuestras defensas estén altas.
Recuerde incluir suficiente de los siguientes:
Cargar con demasiado estrés es cómo manejar el carro con solo la reserva de gasolina. Tarde o temprano algo dejará de funcionar adecuadamente.
Numerosos estudios han relacionado el sobre-estrés con:
- Síntomas gastrointestinales (úlceras, cólicos, diarreas, gastritis)
- Síntomas cerebrales (fatiga, dolores, llanto, depresión, insomnio, ataques de angustia)
- Síntomas cardiovasculares (presión alta, taquicardia o palpitaciones irregulares)
- Reacciones del sistema inmune (resistencia disminuida a las infecciones)
- Afecciones dermatológicas (enrojecimiento, eczemas)
La adopción de hábitos adecuados, como la relajación, el ejercicio y una dieta correcta, son excelentes recursos para luchar contra el estrés crónico.
- Mantenga su nivel de glucosa estable. Una consideración dietética importante es evitar las variaciones de la glucosa en sangre. Para ello, no deben faltar de la alimentación diaria alimentos ricos en carbohidratos complejos como: pan, arroz y otros cereales, frejol, pasta, papa, plátano.
- Mantenga sus horarios de comidas. Comer de forma equilibrada es fundamental para mantener en orden el cuerpo y la mente, para evitar que el estrés afecte el estómago, defensas y sistema nervioso. Además, también le beneficiará el comer menos pero con mayor frecuencia, sin sobrecargar al organismo con pesadas digestiones.
- Consuma alimentos ricos en triptófano. La producción cerebral de serotonina, uno de los mensajeros del estado de alegría, es muy sensible a la dieta. El aumento se debe a una mejor absorción del aminoácido triptófano. Las fuentes dietéticas más importantes son: carnes rojas, pescados, leche y derivados, huevos, nueces, almendras, plátano y lechuga.
- Incluya diariamente al menos una ensalada al día y dos frutas frescas. Estos alimentos constituyen las principales fuentes de vitamina C. Las necesidades de esta vitamina aumentan en caso de estrés de cualquier tipo. Además, este nutriente estimula las defensas, lo cual resulta muy conveniente en caso de estrés.
- Valore la posibilidad de tomar un suplemento de vitaminas y minerales. Puede que su cuerpo precise un aporte extra de estos nutrientes. Mantenga el tratamiento varios meses para que su organismo pueda recargar las reservas de estos nutrientes.
- Reduzca e incluso elimine de su dieta sustancias tóxicas como las bebidas estimulantes, bebidas alcohólicas y tabaco.
¿Existen los alimentos anti estrés?
Ningún nutriente puede en sí mismo atribuirse efectos anti estresantes. Más que alimentarse de ciertos alimentos, la mejor estrategia frente al estrés es comer bien y de todo, ya que de ello depende que nuestras defensas estén altas.
Recuerde incluir suficiente de los siguientes:
- Vitaminas, sobre todo la A, la C y la E, que contribuyen a combatir directamente la formación de radicales libres. La A se obtiene de zanahorias, melón, brócoli, col, espinacas y camote. La C está presente en los cítricos y en el brócoli, el melón y el tomate. Para obtener vitamina E hay que consumir frutas secos y aceites vegetales. Las vitaminas del grupo B fortalecen el sistema nervioso central y tienen un efecto sedante. Se encuentran en la levadura de cerveza, lácteos, carne, cereales, aguacate y repollo.
- Minerales. Potasio, magnesio y calcio son imprescindibles porque estimulan la reacción orgánica frente a las hormonas que el cuerpo segrega como respuesta al estrés. Por otro lado, tienen propiedades relajantes y mantienen estable el ritmo cardíaco. Las frutas, verduras, granos enteros y carne son alimentos ricos en potasio. El magnesio se encuentra en las verduras y los frijoles. El calcio, por último, es conocido como “el tranquilizante natural” y, desde luego, pocas cosas tienen un efecto tan sedante como beber un vaso de leche tibia antes de acostarse.
- Alimentos relajantes. Algunos alimentos estimulan el buen funcionamiento de las células nerviosas ayudando al organismo a mantenerse relajado mientras que otros favorecen la irritabilidad. Entre los alimentos “relajantes” están el banano, las almendras, el germen de trigo, la levadura de cerveza y las semillas de girasol.
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